Cómo Me Convertí en Entrenadora de Delfines

Me han preguntado innumerables veces “¿Cómo te convertiste en entrenadora de delfines?” A través de 30 años de trabajo con Dolphin Discovery y ABC Animal Training, me he dado cuenta de que mi historia es única.

No, no crecí amando a los delfines y soñando con ser una sirena. En realidad no tengo memoria de la serie de televisión Flipper, tenía a 3 “héroes” de la infancia: Tarzán, Dr. Dolittle y Abraham Lincoln. Leía obsesivamente Honest Abe, nunca me perdía un episodio de Tarzan y fantaseaba que, cuando creciera, viajaría a África para columpiarme en lianas y llamar a los elefantes y leones a luchar a mi lado para desterrar a los horribles cazadores furtivos.

Cuando crecí, mudarme a África para investigar acerca de animales salvajes no fue un sueño factible. Me quedé en una universidad estudiando Manejo de la Vida Salvaje y Biología, lo cual estaba enfocado principalmente en venados cola blanca y urogallos. Esto no me impresionó y me sentí perdida en el mundo.

Después de haberme graduado con préstamos estudiantiles, trabajé en internados de investigación animal pero mi deuda sólo continuaba aumentando. Esto me forzó a conseguir un “trabajo real” para pagar las cuentas y así me convertí en la primera mujer arborista en Chicago, tomando diversas clases para graduarme como horticulturista. Tampoco estaba impresionada con esto y seguía bastante perdida en el mundo así que envié muchas aplicaciones para el Cuerpo de Paz pero nunca fui aceptada. 

La necesidad de trabajar por dinero era lo que manejaba mi vida y después de haber caído desde una gran casa en Florida, empecé a pensar, a la edad de 25 años, que nunca encontraría mi camino. La vida era triste y solitaria para mí. Para combatir esta soledad, decidí cumplir una de mis metas de vida, aprender a bucear. Bucear en los Cayos de Florida me impresionó mucho así que con gran emoción decidí renunciar a mi trabajo de podado de árboles/horticultura, y mi perro callejero Furface y yo nos mudamos a los Cayos. Trabajé en un bote de buceo por poco más de un año y por primera vez en mi vida reconocí la felicidad.

Las deudas de la Universidad no se esfumaban y yo no estaba generando el dinero suficiente. Obtuve muchos nuevos trabajos, algunos perfectos para mí con tours en botes, donde combinaba servir bebidas con enseñar acerca de los océanos y sus asombrosas criaturas. Me sentía completamente en casa debajo del agua y mis clientes comenzaron a llamarme ShelleyFish.

En mi continua búsqueda de empleo, fui entrevistada y empleada por un hábitat de animales marinos. Mi trabajo era una vez más enseñar acerca del océano y sus criaturas. Este lugar tenía delfines, lobos marinos, tortugas, tiburones, cocodrilos, peces tropicales, peces del océano, aves marinas y aves de caza. Un día, se abrió la vacante de entrenador de lobo marino y me dijeron que el empleo era mío pero tenía que renunciar a mis otros trabajos para dedicar el tiempo requerido a este nuevo puesto. Muy feliz renuncié al trabajo de limpieza en el hotel, conseguí más compañeros de casa y trabajé tiempo completo como entrenadora de lobos marinos. Sassy y Classy fueron los mejores maestros que pude haber pedido. Encontré mi lugar en el mundo y descubrí que el entrenamiento de animales se me facilitaba.

Crecí con una impresión negativa acerca de los zoológicos y por extensión de cualquier lugar con animales cautivos. En ese tiempo, hace unos 40-50 años, los animales vivían en jaulas de concreto y esto no coincidía con mi deseo de investigación animal en África mientras salvaba animales de los cazadores. Era un miembro activo de Green Peace y creía en su causa. Así que, cuando un día escuché un anuncio que decía que Russ Rector, un famoso ambientalista anti-deflines daría una plática, asistí con la mente y corazón abiertos, dispuesta a aprender acerca de la maldad acerca de delfines en cautiverio.

Esto es lo que vi y aprendí. El Sr. Rector mostró una película donde los delfines eran capturados en redes y mientras aún estaban vivos, los cortaban en carnada para usar estos pedazos de carne de delfín para alimentar a los tiburones. A los tiburones cazados, les cortaban las aletas y eran arrojados de vuelta al mar donde irremediablemente se hundían al fondo del océano y se ahogaban. El Sr. Rector nos dio una plática llena de emotividad acerca de los horrores de los delfines viviendo en cautiverio y responsabilizando a los 4 hábitats en los Cayos de Florida acerca de las atrocidades vistas en la película con respecto a los delfines. No hubo mención de las muertes igual de horribles sufridas por los tiburones.

Fue entonces cuando me di cuenta de las obvias falacias de Russ Rector, PETA y demás. El lugar de delfines donde yo trabajaba no tenía nada que ver con aquella cruel práctica y tampoco tenían nada que ver las personas que trabajaban en otros hábitats de delfines. De hecho, los cuidados que recibían estos animales les daban una mejor vida que la que yo tenía en ese momento. Los animales tenían dietas completas y variadas todos los días, sus hábitats estaban limpios y eran enriquecedores y su cuidado médico era fenomenal. Yo, por otro lado, aún estaba batallando para generar suficiente dinero, mi deuda universitaria estaba vencida, comía comida rápida barata y de mala calidad, no tenía seguro médico y mi hábitat tenía demasiados humanos viviendo en una misma casa para poder pagar la renta.

¿Y entonces qué con este mensaje? A los delfines se les dio mucha más importancia en el derecho a la vida que a los tiburones. Esto NO es quien soy, todas las especies tienen el mismo valor y merecen ser tratadas con respeto.

Esto estuvo y está en total conflicto con los hábitats de delfines que yo conozco personalmente. Contrario a Russ Rector y su banda de mentirosos, los hábitats de delfines daban un mensaje auténtico y con propósito, y aún lo hacen. Enseñaban y continúan enseñando al público acerca del valor intrínseco de todas las especies y cómo nuestras acciones afectan a estos animales y qué podemos hacer para promover un planeta limpio y sano.

Salvar al mundo a través de los delfines es real. Encontré mi lugar en el mundo a través de los delfines y con los delfines, nunca he mirado atrás en este increíble viaje.

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